En nuestro mercado local, en nuestra zona de confort, nuestros productos y servicios son conocidos, recomendados y prescritos por clientes, consumidores o por el propio mercado que ya nos conoce, que sabe lo que puede obtener de nosotros. Probablemente estemos presentes, e incluso participemos como patrocinadores en la vida local de nuestro sector o de nuestra población. Ser conocidos por la población, ser el punto de referencia como modelo de empresa entre la competencia y entre los emprendedores nos da prestigio, nos permite conquistar y retener a los clientes de una manera sencilla, sin complicaciones, de manera muy rutinaria. Cuando salimos a los mercados internacionales, nuestra empresa tiene que darse a conocer y tiene que luchar para que sus productos o sus servicios sean una opción de compra, una opción de contratación para los nuevos posibles clientes, venciendo el miedo y la inseguridad que esta decisión conlleva: ·¿Quién acredita que nuestra empresa es un buen proveedor? ·¿Nuestra empresa tiene los conocimientos, los recursos y los procesos necesarios para establecer una relación comercial internacional fiable? ·¿Son nuestros productos y servicios merecedores de confianza en mercados extranjeros? El Sello «Empresa Internacional Referente» identifica los diferentes elementos que deben existir en una empresa para que una actividad de Comercio Exterior logre la confianza y el respeto de los mercados objetivo. Demuestra el compromiso de la empresa que lo obtiene por:
- Certificar su capacidad como proveedor internacional.
- Garantizar a sus clientes que los servirá con honestidad y con valores éticos.
- Mostrar que dispone de todos los elementos necesarios para cumplir con sus compromisos internacionales.
